No pasa muy a menudo que encuentres gente con la que compartes las mismas aficiones pero, por suerte, de vez en cuando ocurre, y en estos casos siempre se establece una conexión muy especial, nosotros formamos parte de su mundo, al igual que estas personas forman parte del nuestro. Lenka Juskaničová era una de estas personas.

Lenka Juskaničová. Foto de Tony Juan
Muchos de nosotros hemos compartido a lo largo de los años varias aficiones con ella: el buceo, la fotografía submarina, las babosas marinas, innumerables «batallitas» submarinas… Esta mujer infinitamente amable, muy simpática, inquieta y aventurera era conocida por muchos de nosotros por su intensa relación con el mar. En sus propias palabras me dijo, no hace mucho: “Debajo del agua tu alma y tu mente está a mil años luz de todo mal”.
Su curiosidad insaciable a menudo se veía recompensada observando cosas que a la gente normalmente le pasan desapercibidas, y en esos momentos se le iluminaba la cara con un rayo de ilusión. Su generosidad era legendaria, siempre estaba dispuesta a compartir sus hallazgos submarinos con los demás, hasta el punto que había sido nombrada una de las personas más activas de la red de ciencia ciudadana Observadores del Mar.
Pero Lenka nos dejó, la noche del 23 al 24 de julio de 2020, practicando lo que más le gustaba, el buceo. Nos dejó tristes, sin palabras, pensando en qué habrá pasado para que, tras iniciar una inmersión como tantas otras, ésta haya ido tan terriblemente mal y haya acabado de forma tan trágica.
Lenka, has dejado una profunda huella en todos los que te conocíamos. Espero que haya mar allí donde estés.